domingo, 8 de marzo de 2009

ANTISEMITISMO


El antisemitismo es un término que hace referencia al prejuicio o la hostilidad abierta hacia los judíos como grupo generalizado. Suele manifestarse en una combinación de prejuicios de tipo religiosos, raciales, culturales y étnicos. Aunque la etimología del término podría dar a entender que se trate de un prejuicio contra los pueblos semitas en general, el término se usa en forma exclusiva para referirse a la hostilidad contra los judíos.
En 1879, el periodista alemán Wilhelm Marr originó el termino antisemitismo, denotando el odio a los judíos, y a varias tendencias políticas liberales, cosmopolitas u internacionales corrientes en los siglos XVIII y XIX y frecuentemente asociadas con los judíos. Estas tendencias incluían la igualdad de derechos civiles, la democracia constitucional, libre cambio, socialismo, capi talismo financiero, y pacifismo. El odio a los judíos, sin embargo, precedió a la época moderna. Entre las más comunes manifestaciones de antisemitismo a través las épocas estuvieron los pogroms (ataques contra judíos por las poblaciones locales, frecuentemente animados por las autoridades). Pogroms eran a menudo incitados por rumores que los judíos usaban la sangre de los niños cristianos para propósitos rituales.
En la época moderna, el antisemitismo desarrolló una dimensión política. En el último tercio del siglo XIX, partidos políticos antisemitas se formaron en Alemania, Francia y Austria. Publicaciones como Protocolos de los Ancianos de Sión generaron o ayudaron teorías de una conspiración internacional judía. Un componente importante del antisemitismo político era el nacionalismo, cuyos adheridos a menudo denunciaban falsamente a judíos como ciudadanos desleales.
El antisemitismo puede manifestarse de muchas formas, desde formas de odio o discriminación individuales, ataques de grupos nucleados con dicho propósito, o incluso violencia policial o estatal.

El “movimiento voelkisch” xenófobo del siglo XIX -- compuesto de filósofos, eruditos, y artistas alemanes que veían el espíritu judío como ajeno a la cultura alemana -- formó la noción del judío como “no alemán”. Teóricos de antropología racial daban apoyo científico falso. El partido nazi, fundado en 1919 y guiado por Adolf Hitler, dio una expresión política a las teorías del racismo. En parte, el partido nazi ganó popularidad con la diseminación de propaganda anti-judía. Millones compraron el libro de Hitler, Mein Kampf (Mi lucha), que pidió la eliminación de los judíos de Alemania.
Con la subida al poder de los nazis en 1933, el partido ordenó boicots anti-judíos, organizó quemas de libros, y promulgó legislación anti-judía. En 1935, las Leyes de Nuremburg definieron los judíos por sangre y ordenaron la separación total de los “arios” y “no arios”. El 9 de noviembre de 1938, los nazis destrozaron sinagogas y las vidrieras de negocios de judíos por toda Alemania y Austria (Kristallnacht). Este evento marcó una transición a la época de destrucción, en la cual, dentro de la estructura de la Segunda Guerra Mundial, el genocidio sería el único foco del antisemitismo nazi.

RAICES

Es preciso saber que el racismo antijudío (el antisemitismo) es muy antiguo. Ni Hitler ni los alemanes lo inventaron. El odio contra los judíos tiene orígenes religiosos. Al comienzo solo era un asunto religioso. Los cristianos no admitían que los judíos rechazasen creer que Jesús era el "hijo de Dios", el Mesías. Cuando el cristianismo se convirtió en la religión mayoritaria de Europa, los judíos fueron perseguidos regularmente. Hubo periodos de calma en que se los toleró, y periodos de persecución como durante las Cruzadas, en la Edad Media. En 1.096, los judíos de Spira, Worms, Maguncia y Colonia, en Alemania, fueron masacrados a comienzos de la Cruzada. Otro ejemplo: El rey Felipe el Hermoso expulsó a los judíos de Francia en julio de 1.336, sin olvidar confiscar sus bienes.


Los judíos fueron acusados entonces de crímenes contra los cristianos: por ejemplo, se contaba que los judíos, el día de Pascua, debían raptar y sacrificar un bebé cristiano. Se decía también que los judíos envenenaban los pozos y, en caso de epidemia, se decía que era culpa suya. Se les ha atribuido un papel de "chivos expiatorios" o de "cabeza de turco": cuando algo marchaba mal, se acusaba a los judíos por ser diferentes del resto de la población.
Nacimiento del antisemitismo en el siglo XIX

Más tarde, en el siglo XIX, desde que los judíos fueron equiparados al resto de los ciudadanos (desde 1.791 en Francia), ciertos sectores católicos y de la derecha reprocharon a los judíos su excesiva fidelidad a la República. Varios periódicos antisemitas vieron la luz en esta época, en particular los publicados por Drumont.
¿De qué se acusaba a los judíos? De todo y de lo contrario al mismo tiempo
• Si eran pobres, eran parásitos, sucios, piojosos...
• si eran ricos, eran usureros que adoraban el dinero y arruinaban a los cristianos.


EL CASO DREYFUS Y EL ANTISEMITISMO EN FRANCIA

En Francia, a partir de 1.895 el célebre caso Dreyfus muestra la importancia del antisemitismo. Un capitán del ejército, Alfred Dreyfus, fue acusado de espionaje. Era judío: por lo tanto, debía ser culpable. El ejército rechazará durante años reconocer su inocencia, llegando hasta el punto de poner en libertad al auténtico culpable y de elaborar pruebas falsas contra Dreyfus. Los partidarios de Dreyfus sostuvieron una intensa lucha, consiguiendo que se le declarara inocente a comienzos del siglo XX. Los siguientes documentos reflejan este debate:


Sus detractores querían a toda costa que Dreyfus fuera declarado culpable, por ser judío. (Caricatura inglesa) Caricatura anti- Dreyfus, de V. Lenepven.
Dreyfus aparece representado como un monstruo.


Los partidarios de Dreyfus luchaban para que se reconociera su inocencia. Dreyfus en prisión

El nazismo retoma el antiguo antisemitismo y añade el "racismo biológico".

Hitler retomó el antiguo antisemitismo y le añadió oscuras teorías autodenominadas "científicas" que probaban la superioridad de la autotitulada "raza aria" (y con ella, de todos los alemanes) sobre la "raza judía". Para ello se apoyaba en las teorías, bastante confusas, enunciadas en particular por el francés Gobineau, en el siglo XIX. Hitler entró en contacto con el antisemitismo existente en Viena cuando era joven: Hitler, sin oficio, sin alojamiento, vagabundo, deberá en aquellos tiempos refugiarse en un asilo para transeúntes. Es en esta época cuando entrará en contacto con periódicos antisemitas. Todo su odio se proyectará desde entonces contra los judíos. En "Mein Kampf" ("Mi lucha"), Hitler compara continuamente a los judíos con "parásitos" de los que hay que desembarazarse. Afirma que hay una "sangre alemana" y una "sangre judía" (lo que científicamente es absurdo) y que es necesario purificar a Alemania del judaísmo.

El programa del Partido Nazi propugnaba retirar todos sus derechos a los judíos:

" Programa del Partido Nazi (1.920):

1. Exigimos la constitución de una nueva Alemania. [...]
4. Solo los ciudadanos pueden beneficiarse de los derechos cívicos. Para ser ciudadano, es necesario ser de sangre alemana, sin importar la religión. Ningún judío puede ser ciudadano.
5. Los no-ciudadanos no pueden vivir en Alemania sino como huéspedes y deben someterse a la legislación sobre extranjeros.
6. El derecho de dirigir el Estado y de hacer las leyes está reservado exclusivamente a las ciudadanos. Exigimos que la función pública no pueda ser ejercida por no-ciudadanos.
7. Exigimos que el Estado alemán se comprometa a procurar medios de subsistencia a todos los ciudadanos. Si el país no puede alimentar a toda su población, los no-ciudadanos deberán ser expulsados del Reich. [...]
23. Propugnamos la lucha contra la mentira política y contra su propagación por la prensa. Para favorecer la creación de una prensa alemana, exigimos:
a. que todos los directores y periodistas de los periódicos en lengua alemana sean ciudadanos alemanes;[...]
b. que sea prohibida por la ley toda participación financiera y toda influencia de los no-alemanes [...].
24. Exigimos la libertad en Alemania de todas las religiones, en la medida en que no pongan en peligro ni ofendan el sentimiento moral de la raza germánica. [..] El Partido combate el espíritu judeo-materialista. [...]
Munich, 24 de febrero de 1.920

El programa del Partido Nazi no dejaba lugar a dudas si se lee el artículo 4: Se retiraban sus derechos de ciudadanía a los judíos que vivían desde hacía siglos en Alemania. A partir de ahí, poco más se les podía quitar: la persecución podía comenzar.

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